Venciendo el tabú de ir al psicólogo

Venciendo el tabú de ir al psicólogo

Cuando veo a alguien llegar a consulta, la mayoría de las veces trae su cabeza agachada y su cuerpo demuestra vergüenza. Esta persona se pregunta cómo fue posible llegar al punto de necesitar ayuda por parte de un profesional en psicología. Lo primero que hago es sonreírle y decirle está bien cuando no te sientes bien y aquí te cuento por qué.

 

Por: Angie Ramírez Santamaría - IG: @andarasbienestarmental
Psicología clínica, máster en Neuropsicología y Maestra Reiki 

No es un secreto que a diario estamos inmersos en un positivismo extremo. Nos levantamos y lo primero que hacemos es mirar nuestras redes sociales donde observamos cientos de retratos de personas felices, cuerpos perfectos o sujetos con disciplina y éxito; sin embargo, hoy también hay alguien entre las cobijas cuestionándose intensamente por no vivir dentro de algunos estándares de “felicidad” que el mundo nos ha impuesto.

Como psicóloga clínica mi primer objetivo es normalizar ciertas emociones que las personas consideran negativas o desagradables. La tristeza, el miedo, la rabia o la frustración son emociones necesarias en nuestra supervivencia. Nos ayudan a gestionar nuestras emociones, a desarrollar en nosotros estrategias para atravesar situaciones nuevas, a mejorar nuestra comunicación, a poner límites y, sobre todo, a tener conversaciones incomodas que nos permiten avanzar y defender nuestros derechos y quiénes somos.

Es decir, sentirnos no tan bien nos ayuda a desarrollarnos en todos los ámbitos de nuestra vida, bien sea a nivel profesional, familiar, laboral o en el área social.

La salud mental, precisamente no significa ser felices siempre. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como un estado de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedades físicas. Por ende, estamos ante un momento importante para reconocer la importancia de hablar colectivamente de salud mental y de validar a quienes atraviesan por procesos químicos o emocionales difíciles.

Te pregunto: ¿Cuántos temas te desbordan en este momento y estás gestionado solo/a? Puede ser desde la muerte de un familiar, la presión socioeconómica, el fin de una relación afectiva, una enfermedad, la pérdida de un trabajo o por qué no, la falta de motivación. Gestionarnos sin apoyo es posible, pero sin una atención correcta podemos desarrollar algún trastorno, como el estado de ánimo, ansiedad, conducta alimentaria, fobias, estrés post traumático, entre otros.

Por tanto, aunque ir al psicólogo siga siendo un tabú en nuestra sociedad, te aseguro que iniciar un proceso psicoterapéutico nos ayuda a aliviar el malestar emocional. ¿Cómo? Empezamos con la corrección de creencias erróneas (no puedo, no soy suficiente, la vida no tiene sentido, no estoy donde debería estar). Así mismo, las terapias ayudan a desarrollar inteligencia emocional, a revisar cómo solucionar problemas, a motivarnos al cambio y comprender lo que está sucediendo, a través de la psicoeducación, el cambio en nuestro lenguaje y trazando un plan de prevención de recaídas.

Yo te invito a que, como visitas a tu médico cuando te duele cualquier parte de tu cuerpo, visites al psicólogo. No solo para realizar un proceso psicoterapéutico cuando te sientas mal, también para prevenir enfermedades de salud mental y trabajar en tu bienestar emocional. 

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